La búsqueda de la felicidad
- Alexa Perez Salazar
- 1 sept
- 2 Min. de lectura
A lo largo de la historia, el arte ha sido un puente entre lo que sentimos y lo que a veces no sabemos cómo nombrar. El cine, sin duda, ha sido uno de esos lenguajes que nos permite vernos reflejados, comprender(nos), y a veces incluso sanar. Hay películas que, desde la animación, nos invitan a reconocer nuestras emociones, como Intensamente o Elementos.
Pero hay otras que nos llevan por caminos más crudos y realistas, donde las emociones se viven con el peso de la vida misma. Tal es el caso de En búsqueda de la felicidad.
En esta historia, vemos a Chris Gardner —interpretado por Will Smith— atravesar un momento profundamente difícil, donde la vida le exige mucho más de lo que parece posible dar. Chris es padre, es esposo, es humano… y lo mueve un profundo amor por su hijo. Ese amor lo impulsa a seguir, aún cuando todo parece estar en su contra.
Lo conmovedor de esta historia es que nos recuerda que la felicidad no siempre llega como una meta lograda, ni como un final triunfante. A veces, la felicidad se encuentra en medio del caos, en los gestos más sencillos, en saber que estamos haciendo lo mejor que podemos por aquello que amamos.
La felicidad no siempre grita, muchas veces susurra. Y es en esos susurros donde podemos encontrar la fuerza para seguir, para construir y reconstruirnos. No se trata de perseguir la felicidad como si fuera un trofeo, sino de permitirnos habitarla —aunque sea por instantes— en medio de todo lo que vivimos.
La invitación es mirar la felicidad no como un lugar al que se llega, sino como una forma de caminar, como una presencia que puede acompañarnos, incluso cuando el camino se vuelve difícil.
Psic. Emma S. Urtiz
Comentarios