top of page

Happycracia: ser feliz o parecerlo

  • Foto del escritor: Alexa Perez Salazar
    Alexa Perez Salazar
  • 7 nov
  • 2 Min. de lectura

En los últimos años, la felicidad se ha convertido casi en una obligación. Las redes sociales están llenas de frases motivacionales, sonrisas constantes y promesas de bienestar inmediato. Vivimos en una época donde parecer felices parece más importante que realmente vivir con sentido. A este fenómeno se le conoce como happycracia: la dictadura de la felicidad, donde todo malestar debe ocultarse o transformarse rápidamente en “pensamientos positivos”.


Pero ser feliz no es lo mismo que negar el dolor. En las terapias contextuales, se entiende la felicidad no como un estado permanente, sino como una experiencia que incluye también el malestar. La vida no puede reducirse a estar bien todo el tiempo; sentir tristeza, enojo o miedo también forma parte de lo que nos hace humanos.


La happycracia nos enseña a evitar lo incómodo, a ver las emociones difíciles como un error o un fracaso personal. Nos empuja a comparar nuestra vida con versiones editadas de la de otros, generando culpa por no estar “lo suficientemente bien”. En cambio, ser feliz de manera auténtica implica aceptar todas nuestras emociones, incluso las dolorosas, y actuar en congruencia con nuestros valores. 


La verdadera felicidad no nace de ignorar el sufrimiento, sino de integrarlo. De poder decir “esto duele” y aún así seguir construyendo una vida con sentido. En lugar de buscar sentirnos bien a toda costa, podemos preguntarnos: ¿qué es importante para mí? y ¿cómo quiero actuar, incluso cuando no todo está bien?


Aceptar la tristeza, la incertidumbre o el cansancio no nos hace menos felices; nos hace más reales. Nos libera del peso de tener que mostrar una vida perfecta y nos acerca a una forma de bienestar más honesta: la que se construye con autenticidad, presencia y compasión hacia uno mismo.


Ser feliz no debería ser una exigencia constante, sino una consecuencia natural de vivir en congruencia con lo que valoramos. Y tal vez, ahí donde dejamos de forzarnos a sonreír todo el tiempo, es donde empezamos a sentirnos verdaderamente vivos.


Psic. Katya Margarita Ruiz Villalobos


 
 
 

Entradas recientes

Ver todo
Mejora tu calidad de sueño 

Generar hábitos saludables para mejorar tu calidad de sueño es invertir en tu bienestar, energía y claridad. Toma en cuenta que la calidad del sueño influye directamente en nuestro estado de ánimo, co

 
 
 

Comentarios


bottom of page