top of page

Emociones desagradables: mensajes incómodos qué necesitan ser escuchados 

  • Foto del escritor: Alexa Perez Salazar
    Alexa Perez Salazar
  • 24 jul
  • 2 Min. de lectura

A lo largo del tiempo, hemos aprendido a clasificar nuestras emociones como si fueran “buenas” o “malas”. La alegría, la calma, el entusiasmo son bienvenidas. Pero la tristeza, el miedo, el enojo, la vergüenza o la culpa, esas hacemos todo lo posible por evitar qué aparezcan, pero...


¿Y si no están ahí para arruinarnos el día, si no para avisarnos algo importante?


Lo cierto es que ninguna emoción es negativa por sí misma. Algunas son desagradables, sí. Pero eso no significa que estén en nuestra contra. De hecho, muchas veces son nuestras mayores aliadas, aunque se presenten de forma incómoda, intensa o confusa. Cada emoción tiene una función. Un mensaje. Y cuando aprendemos a escucharlas sin juzgarlas, podemos actuar de forma mucho más sabia y alineada con lo que de verdad necesitamos.

Pero entonces, ¿cuáles son las funciones de dichas emociones?


  • La tristeza llega cuando algo importante para nosotros se pierde, cambia o duele. Es incómoda, sí, pero también es una señal de que algo nos importa. Sentirla nos permite pausar, reflexionar y cuidar lo que valoramos.


  • El miedo es nuestra alarma natural, nos protege pues nos prepara para responder ante un posible peligro. Gracias al miedo, no tomamos decisiones impulsivas que nos pondrían en riesgo. Es la emoción que vela por nuestra supervivencia.


  • El enojo no es sinónimo de violencia. Es una respuesta que aparece cuando percibimos una injusticia o una invasión a nuestros límites. Nos da fuerza para actuar, para poner un alto, para defendernos. Bien canalizado, es la mayor muestra de amor propio.

     

  • La vergüenza tiene mala fama, pero su función es social. Nos ayuda a adaptarnos a las normas del grupo, a mantener vínculos, a corregir cuando algo que hicimos puede afectar nuestra conexión con los demás.


  • La culpa aparece cuando actuamos en contra de nuestros propios valores. Nos confronta con lo que hicimos o dejamos de hacer, y nos da una oportunidad de reparar, de actuar diferente y de crecer.


Es importante que no solo la sintamos, sino qué nos demos un tiempo de escuchar y entender el mensaje que nos quiere dar, ya que a veces aparecen no por algo real, sino por algo hipotético como un pensamiento, un recuerdo o una suposición.

Por eso, es importante hacer una pausa y preguntarnos:

¿Esto que siento responde a algo que está pasando ahora o a algo que mi mente está anticipando?

No se trata de reprimir lo que sentimos, pero sí de entender el por qué. Porque si reaccionamos al miedo como si hubiera un peligro real cuando solo estamos frente a una idea, probablemente tomemos decisiones desde el impulso o la evitación.

Así que los invito a ir conectando con sus emociones desagradables y a escuchar cual es el mensaje que les tienen, puede que esa sea la pieza que les faltaba para poder solucionar algún problema. 



Psic. Ana Paulina Mariscal Quirarte.

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo
Mejora tu calidad de sueño 

Generar hábitos saludables para mejorar tu calidad de sueño es invertir en tu bienestar, energía y claridad. Toma en cuenta que la calidad del sueño influye directamente en nuestro estado de ánimo, co

 
 
 

Comentarios


bottom of page