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 El error de esperar a la motivación

  • Foto del escritor: Alexa Perez Salazar
    Alexa Perez Salazar
  • 23 sept
  • 2 Min. de lectura

Es muy común pensar que necesitamos sentirnos mejor y motivados para empezar a hacer actuar.


“Cuando me sienta bien, lo hago”, “es que no me siento motivada”, “cuando sienta más confianza lo haré”


Se espera un cambio en la “motivación” y en sentir que “hay ganas” pero cuanto menos hacemos, más se retroalimenta el malestar, y cuanto más malestar sentimos por no hacer aquello que nos importa, menos ganas tenemos de hacer algo, por lo que dicha motivación no llega. Probablemente nos quedemos esperando mucho tiempo aquellas ganas. 

La motivación no es esperar a que los planetas se alineen, es algo que se construye con la acción. Es poder conectar nuevamente, con pequeños pasos, con tus valores y propósitos. Estos cambios pueden parecer mínimos, pero son el inicio de un efecto en cadenita que empieza a contrarrestar la conducta depresiva. 

Si empezamos a hacer cosas diferentes, probablemente me sentiré diferente

El primer paso no es correr un maratón, es poder volver a caminar. Se trata de elegir pequeñas conductas distintas a lo habitual cuando la depresión invita a la pasividad. 


Cada proceso es individual, te comparto algunos ejemplos:

  • Cambiar la rutina de la mañana (ducharse apenas despertar en lugar de quedarse en la cama).

  • Salir un rato a la luz del sol aunque no haya “ganas”

  • Llamar a un amigo para una breve conversación.

  • Probar retomar actividades que anteriormente sí disfrutabas. 

  • Intenta no ponerte como metas lo que lograbas antes de sentirte deprimido, estabas en un contexto diferente que te permitía hacer mucho más y rendir más. Por ahora, empieza con nuevos objetivos y parte de ahí. 

  • Por ejemplo: anteriormente corría 30 km por semana. En la depresión se suele comparar ese rendimiento con lo que puedo lograr ahora y claro que se vuelve injusto para tu versión de ahora. No estás en las mismas condiciones ni en un mismo contexto. En lugar de minimizar tus logros, puedes ser autocompasivo y proponerte metas acorde a tu situación actual. 


Estas acciones no hacen desaparecer la depresión de inmediato, aunque sí abren la posibilidad de sentir algo distinto. 


La motivación se construye


Cuando actuamos primero, aunque sea con pequeños pasos, comenzamos a registrar experiencias de logro y de placer. Esto refuerza la sensación de capacidad y abre espacio a más “motivación”. Así, podrás notar que no es necesario esperar a “cuando tenga ganas, lo hago" y se transforma en “lo hago y eso me ayuda a sentirme con ganas de seguir haciéndolo".


Si estás atravesando depresión, no se trata de exigir grandes cambios rápidamente. Se trata de comprender que la motivación no aparece de forma repentina y no podemos esperar a que llegue, sino que se cultiva a través de acciones que sean significativas para ti. Dar un paso, aunque sea muy pequeño, ya es valioso. Y si sientes que la carga es demasiado pesada, recuerda que buscar apoyo profesional puede darte las herramientas y acompañamiento que necesitas.


Psic. Edith Ortega 


 
 
 

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