Cuidar la mente en tiempos de sobreexposición
- Alexa Perez Salazar
- 7 nov
- 2 Min. de lectura
Vivimos en una era donde la información nunca se detiene. Las noticias, las redes y las alertas de última hora nos acompañan desde que despertamos hasta que intentamos dormir. Estar informados nos conecta con el mundo, nos permite comprender lo que ocurre y tomar decisiones más conscientes. Sin embargo, la línea entre mantenernos actualizados y sentirnos abrumados puede ser muy delgada.
La exposición constante a contenido negativo, trágico o alarmante puede activar en el cuerpo una respuesta de estrés similar a la que tendríamos ante un peligro real. Este tipo de activación sostenida puede afectar el descanso, el ánimo e incluso la concentración. Es común sentir ansiedad, cansancio emocional o desesperanza después de pasar mucho tiempo leyendo o viendo noticias.
Informarse es un acto de responsabilidad, pero también lo es saber cuándo desconectarse. Cuidar la salud mental no significa desinteresarse del mundo, sino aprender a regular la cantidad y la calidad de información que consumimos.
Algunas estrategias útiles pueden ser:
Elegir fuentes confiables y limitar el tiempo que dedicamos a revisar noticias.
Evitar leer información sensible antes de dormir, para no interferir con el descanso.
Buscar también noticias positivas o constructivas, que nos ayuden a equilibrar la mirada.
Hacer pausas conscientes: salir a caminar, respirar profundo o conversar con alguien de confianza.
Estar informados nos empodera, pero cuidar nuestra mente nos permite sostener ese compromiso a largo plazo. Una mente saturada no procesa, reacciona; una mente cuidada, en cambio, puede comprender, empatizar y actuar desde la claridad.
Al final, el objetivo no es desconectarnos del mundo, sino aprender a mirarlo sin perder el equilibrio interno. Mantenernos informados con conciencia también es una forma de autocuidado.
Psic. Katya Margarita Ruiz Villalobos
Comentarios