Aceptar no es rendirse

Algunas veces la vida nos lanza situaciones para las que no estábamos listos: una pérdida, un cambio abrupto, una emoción que incomoda. Es natural querer resistirnos, rechazar lo que está sucediendo, pelear o incluso desconectarnos de la realidad por completo. 

Sin embargo, por más que discutamos con la vida y el universo por ponernos en esta situación… nada cambia. 

Podemos llegar a pensar que pelear con la realidad cuando esta duele es la única manera de no rendirnos. Pero, ¿y si te dijera que aceptar no significa rendirse?

Aceptar es reconocer con claridad y honestidad, que las cosas son como son en este momento. Aceptar no significa estar de acuerdo con lo que pasó. No es justificarlo, ni resignarse. 

Sí, la aceptación puede doler. Puede dar coraje. Puede sentirse injusta. Pero para poder cambiar aquello que no nos gusta, primero hay reconocer que está ahí, que forma parte de nuestra realidad por el momento. La aceptación no resuelve todo, pero abre una puerta que no te exige estar bien para moverte, solo que seas honesto contigo mismo y que dejes de luchar contra lo que no está en tus manos cambiar.

Aceptar no es disfrazar el dolor ni fingir que el mundo no te afecta. Al contrario: aceptar es permitirte sentir lo que te duele –tristeza, miedo, enojo, incertidumbre– y darte espacio para experimentarlo, sin que eso te detenga.

Cuando dejamos de pelear con la realidad, podemos empezar a movernos con intención. A veces eso implica pedir ayuda, hacer un cambio, alejarte de alguna persona importante para ti o simplemente acompañarte a ti mismo, desde la compasión. 

Aceptar no es el final del camino, es el punto de partida. 

No tienes que estar de acuerdo con lo que pasó para poder aceptarlo. Puedes empezar por nombrarlo, sentirlo y reconocer que, por ahora, es parte de tu vida. Aceptar no significa que no te importe, sino que estás listo para dejar de pelear con lo que no puedes controlar y comenzar a moverte hacia la vida que deseas. 

A veces, avanzar empieza por quedarte quieto un momento, observar lo que tienes enfrente y decidir qué hacer con ello. 

Psic. Cindy Navarrete