Los mitos del mindfulness

“prestar atención de un modo particular, con un fin en el momento presente y sin juzgar” Jon Kabat-Zinn

El prestar atención al momento presente puede verse de muchas maneras y entre las características es poder observar el momento sin juzgar, desde una postura de curiosidad y aceptación.

Hay algunos mitos respecto a esta práctica que detienen a muchas personas de intentarlo. Te los comparto para que los tomes en cuenta cuando quieras empezar a notar el momento presente. 

Tiene que ser relajante 

No siempre es relajante, de hecho, para algunas personas puede llegar a ser bastante aversivo prestar atención al momento presente por la situación que se esté viviendo. A veces sí puede tener un efecto relajante, pero ese no es el objetivo. 

Es para controlar los pensamientos 

No promueve el control de los pensamientos. Lo que busca es la fluidez y la habilidad de atenderlos y escoger ante cuál actuar. No se trata de controlarlos, sino de responder de una manera diferente ante eso que estoy pensando. ¿Qué tanto nos creemos el pensamiento y qué decides hacer con ellos? Al darnos cuenta, notamos que  los pensamientos son solo eso, pensamientos y no necesariamente hay que creerles o actuar en función a lo que nos dicen. 

Solo es meditar 

Si bien es cierto el meditar es una forma de mindfulness, no es la única manera de hacerlo. De hecho, no siempre tenemos el tiempo para meditar o para algunas personas el hacerlo no es para nada agradable. El prestar atención se puede hacer desde las prácticas más cotidianas como bañarse, escuchar música, comer sin distracciones, hacer algún deporte etc. 

Es para sentir emociones “positivas” 

Como en los pensamientos, el mindfulness no promueve el control emocional. Lo que busca es que experimentemos la atención plena en toda nuestra gama de emociones, sin rechazarlas ni juzgarlas. Desde su gama más placentera hasta aquellas que percibimos como más desagradables. Cuando le prestamos atención a lo que sentimos podemos validar la experiencia y entender qué me quiere comunicar la emoción para eventualmente poder tomar decisiones más asertivas. 

Psic. Edith Ortega