El sol, las endorfinas y el bienestar de salir de casa

Pasar tiempo bajo el sol no solo nos da calorcito y energía, también tiene un impacto directo en nuestra salud física y emocional. A veces olvidamos lo sencillo que puede ser mejorar nuestro estado de ánimo con algo tan cotidiano como salir de casa y dejar que nos dé la luz natural.

La exposición moderada al sol estimula la producción de vitamina D, esencial para nuestros huesos y sistema inmunológico. Pero además, favorece la liberación de endorfinas, conocidas como las “hormonas de la felicidad", que generan una sensación de calma, placer y bienestar. Por eso, después de una caminata al aire libre solemos sentirnos más ligeros y con mejor ánimo. 

Salir de casa también rompe con la rutina y el encierro. Estar en contacto con la luz natural y el movimiento, aunque sea en actividades sencillas como caminar, sentarse en un parque o tomar un café en la terraza, ayuda a reducir la sensación de estrés y a despejar la mente. El sol y el aire fresco se convierten en recordatorios de que hay vida más allá de nuestras cuatro paredes y que el mundo sigue ofreciéndonos estímulos para reconectar con nosotros mismos.

Pequeños hábitos como estos son vistos como estrategias de autocuidado cotidiano. No se necesita un gran esfuerzo: basta con regalarse unos minutos al día para salir, mirar el cielo, sentir el calor del sol y respirar con calma. Estos gestos sencillos, acumulados con el tiempo, fortalecen tanto la salud mental como la física.

Recuerda que exponerse al sol de manera responsable y darse la oportunidad de salir de casa no es un lujo, es una necesidad. Es recordarnos que lo simple también nutre: unos rayos de sol, un paseo corto, y la sensación de que estamos vivos aquí y ahora.

Psic. Katya Margarita Ruiz Villalobos